¿Y bien? El mundo siguió girando y ahora nos pone en el mismo lugar,
En el mismo verso y casi en la misma situación, muchas primaveras después;
¿Y cuéntame?, que ha sido de tú vida, ¿cómo te ha tratado la nostalgia?, dime,
Si los recuerdos siguen en el mismo cajón, en las notas perdidas de aquella canción.
Hay algunos cambios en ti, ya no pareces tan segura, tan autosuficiente,
Aquella que se empoderaba frente a los versos míos y reía con mis chistes,
A tu risa se le han apagado algunas luces y tu pelo ha cambiado de color,
Sin embargo me dices que eres feliz y te corriges…demasiado feliz.
A la distancia, todo reclamo o justificación sobra en una charla o en este encuentro,
¿Pero, dime?, no me extrañan tus noches, tus ojos, tus oídos…tu cuerpo,
¿Has tenido mejores estaciones?, ¿has andado otros caminos?, ¿descubierto otros Poetas?
¿Has buscado por cielo y mar ese vino tinto que le gusta a él?... ¿cocinan juntos?
¿Te prepara la cena, después del teatro?
¿Le tocas la guitarra en la terraza?
No respondas, porque creo conocer la respuesta y tu forma de mentir y como lo harías.
Te he visto por la ventana lateral del estudio que pasas distraída caminando las tardes;
El otro día, logre aspirar tu nerviosismo por el teléfono, cuando llamaste sin contestar,
De nuevo quise acercarme a ese pasado, bello, tortuosos, incierto, pero pretérito.
Debemos despedirnos ahora que la risa es joven y aun el sol quema nuestra piel,
Pronto llegara la tarde y sus destellos no son más que invitaciones a quedarnos,
A Platicar con la noche, remojar la luna en vino y bajar estrellas con versos y canciones,
Y el ciclo se repite… tantos años después, redescubriendo cicatrices y haciendo nuevas heridas.
Es mejor despedirnos aquí y ahora, porque la noche siempre conspira contra mí,
Se asocia con la luna y luego cae el verso y tu canción como embrujo,
Forma todo un sortilegio como cicuta, que no mata
Pero deja herida la noche y sangra estrellas y la tierra no deja de girar.
LENNOX
EL QUETZAL EN VUELO