kavanarudén

Senderos

 

 

Sentado al borde de mi existencia deshojo las margaritas del tiempo.

Lento veo caer sus pétalos mecidos por el suave viento.

La soledad sentada a mi lado, susurra palabras de aliento,

mientras oro en silencio, tratando de expresar lo que siento.

 

No puedo más que agradecer y no caer en la tentación del lamento.

Me fui forjando a través del dolor, la incomprensión y del sufrimiento,

sin olvidar las dichas, las alegrías, pues no fueron pocas, no miento.

 

El amor no ha faltado en mi vivir, es un fuerte cimiento, 

que me ayuda a madurar favoreciendo mi crecimiento.

Aprender no es fácil, requiere caminar a paso lento, 

al lado de los amigos y amigas que son un gran sustento.

 

Espero seguir adelante, mejorando y no morir en el intento.