Llegar a comprender que lo importante es el camino que andas y no a donde puedes llegar, te lleva toda una vida. Pero cuando lo aprendes entonces comienzas verdaderamente a vivir.
Que tus sueños te persigan hasta hacerse la más bella realidad...
Ser un Quijote no es facil,pero eso a quien le importa.
Porque aquel que elije la locura de vivir haciendo quijotadas, sabe de antemano que el precio a pagar por ello es muchas veces más alto que el magro botín obtenido.
Pero la verdadera recompensa no está en haber logrado vencer, porque aún perdiendo aprendes a sonreír.
El verdadero desafío es andar por la vida, caminando siempre por la cornisa , sintiendo el viento golpeandote la cara, vivir desafiando al destino, reirse a carcajadas cuanto más difícil es la cuesta.
La alegría no es la ausencia de dolor, es aprender a levantar el vuelo en medio de la tormenta y volar tan alto como para encontrar el sol.
Aprender y desear ser un Quijote es un gran desafío, pero les juro que vale la pena.
Sentir que la justicia y la verdadera solidaridad no tienen precio y que siempre tenemos algo para ofrendar aun en la mas precaria de las pobrezas, es una fuente inagotable de placer y de sonrisas.
Sembremos el mundo de Quijotadas, que al fin y al cabo como al hidalgo que nos legó Cervantes, solo se nos recordará por las batallas que hemos librado sin importar cual fue el resultado.
Como dice el refran\"Cambiar el mundo no es una utopía es un acto de justicia\".
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