En el espejo de los cielos
hay un reflejo de luz cálida
y unas gotitas de ternura
con aromas de violeta
Es el rocío de las madrugadas
que refresca la memoria
aunque el corazón se encoja
cuando los ojos se apuñalan
Al no verte madre amada
cuando la intemperie y tu ausencia
lanzan sus aguijones en el pecho
me haces falta a la hora del insomnio
Cuando desfallezco y te requiero
es entonces que en mi frente calurosa
laten los besos que me diste
las noches que me dabas buena noche
Estoy solo desde que partiste
cómo te extraño y te necesito
para que me des tu aliento
y me alivies del desconcierto
en el que vivo, desde que te fuiste.
Copyright © Rodolfo Dondero Rodo
24.05.17