Dulce

Amor daltónico

 

Y en ese mar inmenso

que fue nuestro amor

nadando peces de colores

en un daltonismo perfecto.

Pasamos de las pasiones

a olvidar…

la conciencia tiene armas

de legítima defensa

la desmemoria, la sutileza

que flojea con el tiempo

como perro manso

como voz sin dueño.

Y el corazón se olvida

pero el cuerpo recuerda

cada caricia sin freno

la coloración del orgasmo

el grito de cada plexo

la nutrición de cada sueño.

Fluye amor, fluye

que las cadenas no me aten

que la melancolía no me dome

y pueda bendecir cada acto

de luz desde el principio

de mis aguas hasta el cénit

de mi último aliento.