En esta noche de desvelo te escribo para encontrar la respuesta al insomnio que me atrapa, no nos hemos visto ni hablado mucho menos encontrado. Entonces no entiendo por que tu fantasma me sigue, tu sombra está en la mía.
Las noches son tan largas y los días insípidos, ya no vivo, solo sobrevivo. Soy un metal que resuena, un perfume sin olor, una noche soleada, un pájaro sin alas, un pez sin agallas. ¿Qué hago con este vacío? Por más que trate de continuar sigo sin lograr llegar a ese lugar. En sueños les muestro a todos tu foto, preguntando cual es tu lugar donde están mis anhelos y sueños, oculto esta llaga ya olvidada pero que no llega a saturar. Desearía que mi alma te deje de llamar.
Te escribo para encontrar la respuesta a mis dudas si estas con la misma locura, si me paseo en tu mente como si fuera mi hogar, si aparezco al atardecer o tus ojos me buscan al despertar. Si no es así y una noche aparezco en un sueño, abrázame porque es mi alma extrañándote, no dejándome olvidarte, pensándote diligentemente, deseándote encontrar.
Sin embargo, sé que esto es en vano porque esta carta no será leída, se perderá en una gaveta, sus letras se borraran o se desconfiguraran, ya no importa que ha de ocurrir, solo estaré aquí.