¿Qué esperas, playa?
¿Quizás que vaya a verte?
...Ya falta menos.
Iré de noche,
cuando la luna salga
para bañarse.
Iré de día
para robarle al mar
todo el salitre.
Veré las olas,
desnudas y sin miedo,
con su erotismo.
Veré las algas
que arrancan las sirenas
con su pasión.
Veré gaviotas
que vuelan, caprichosas,
sobre los barcos.
Pero, sin duda,
sabré de tus caricias
aunque me duela.
Podré mirarte,
hablarte en el silencio,
podré escucharte.
Porque te quiero,
y sé que tú lo sabes,
mi mar azul.
Rafael Sánchez Ortega ©
03/05/19