AYER
Ayer cuando se detuvo el tiempo
y nuestros ojos miraron el mismo mar
creí que un símbolo escondido vio nuestra luz
y que la paz no había que nacer de una guerra.
Ayer cuando la urgencia de encontrarnos
no podía esperar la hora solitaria y el beso escondido
creí que habíamos descubierto la frescura de un aljibe
y que nuestros nombres estaría para siempre en el celeste.
Ayer cuando no importaban los días porque cada aurora
era una alborada donde tú estabas y yo te seguía,
descubrí caminos y atajos y jamás una encrucijada
porque el mapa de tus manos era mi brújula.
Ayer, te extraño porque después vino la vida repetida
y ese juego de escondidas y ojos tapados ya no están
ahora hay un sofá seguro y un café que se repite
y un beso de Buendía y alguien que me cuida.
Carlos Brid