EN la oscuridad
el mandato de Morfeo
es vendaval de quimeras.
No querer odiar
y no desear más
porque todo lo que tenemos
es todo lo que existe
a nuestro alrededor;
sedante en mis arterias
y sangre henchida de enseres,
de soportes con tufo
a maestro de escuela
y acontecimientos
convencionales;
calmantes en mi mano derecha y en ti,
en todo lo que estoy soñando despierto.