andrea barbaranelli

Apocalipsis

 

Inquietamente graniza y arranca gritos
de inferiores entrañas, hostigando
con rabia destemplada, sin registro.

(\"No dañen ni la tierra
ni el mar
ni los árboles\").

Inquietamente, pero ¿desde dónde? Girasol
desesperado por la luz, sin espaciar los granos
por tensos pentagramas. Hubo veces
y voces: en la fuga de las islas,
en la huída de los árboles.
Noche más noche. ¡Oh amanecer!
Graniza amaneciendo a gritos.