Desde mi ventana oigo gritos. Son aficionados a un deporte. Aunque parezcan salvajes malditos. No me parece civilizado su porte. Han llegado hasta aquí con sus coches. Habrán venido dando bocinazos. Sorteando todos los troches y moches. Espero que no se hayan dado batacazos. A esto lo llaman la pasión del balompié. Yo lo llamaría la locura de la pelota. Corriendo de esa manera se darán un traspié. Y terminarán andando como si sufrieran la gota