Creía, que todo lo que ocurría en el universo
era producto del azar
pero el destino
me restregó en la cara
que Dios ha escrito
esta odisea, en magno orden, desde siempre
y hoy
colocó una alfombra
para que el terciopelo de una Diosa
me arropara como a nadie, a mil galaxias a la redonda
y yo agradezco
este regalo de las alturas
y bendigo a la Reina
en cuya alma siempre encuentro antídoto
contra la bruma.