Destino, destino...
¿Por qué nos hiciste tan diferente?
¿Por qué no permitiste amarle a como se merece?
Yo podría ser quien le consuele,
que en días de tristezas bese su frente.
Como me encantaría abrazarle,
y demostrarle cuanto le amo,
poder tomar sin miedo su mano,
caminar largas horas escuchando
sus relatos.
Hacerle muy feliz,
ver su sonrisa y que fuese por mí,
maldigo al destino porque no es así,
porque sólo en sueños y en fantasía
te enamorarás de mí