Y aquí me tienes intentando expresar
a lo que los cobardes le suelen llamar
falta de voluntad.
Pudiera contarte las noches que sueño,
el poder mirarte. Así casual, jovial y fresca
como la flor en una mañana de lluvia
después de una época de sequía.
Más me invade el miedo del rechazo.
La cobardía se adueña de mis días,
y no me queda más que apreciar
el esplendor de tu belleza al pasar.
Tu caminar, el rico aroma del perfume
que dejas al pasar, esa manía de ver
al cielo y suspirar. Es mi deleite verte
aunque sea lejos de tu mirar.
Que cobardía la mía, cada que te deseo
hablar. Ese mirar paraliza mi sistema emocional,
me congelo si te deseo hablar, tus labios no me
dejan expresar lo mucho que te deseo amar.
Cobarde quisiera dejar de ser,
y que este acosador, pasara a ser
quien te cuide cada que sueñes,
en la penumbra de tu hogar.
No es obsesión, si miedo te da.
es amor a tu caminar, y a esa
costumbre tuya de coquetear.
Para ti soy un hombre nada más,
un vago que conociste al pasear,
un desconocido que te desea amar,
y un amigo que te desea cuidar.
No acostumbro a expresar en letras,
lo que con palabras puedo comunicar.
Pero es tu sonrisa la causa de
mi parálisis emocional.