Luis Mario 81

Kyodai baka

 

 

¿Por qué hay días que extrañarte es insufrible?, pienso…

acaso, ¿Tú también me piensas incluso con el olvido?

Seguro hallaste en él nuestra espontánea simbiosis; en aquel

que ahora prepara el desayuno..., french toast on the bed.

 

Se deleitan con animes y películas de culto; adquirió tu vicio:

embriagarse de silencio literario, en la aislada fusión de géneros.

Debe saber de memoria tus gorgoritos, tu ritual para tu make up;

es un erudito en cuanto a tus domingos de spa, de rol herculiano.

Ahora puede disertar a capela tus sesiones de Ok Computer.

 

No me cabe duda que le contaste, al fin lo hiciste por ti misma;

confesaste lo que hay detrás de la cerca, de la puerta blindada.

Le hablaste de Rada, de “el tucán”, de la rival dominica, ahora

entiende de Murakami, de Eren y del Capitán Levi.

 

Puchina memoria, que narra en escritura cuneiforme, en quipus,

a través de petroglifos inmemoriales, me explica sobre el Akai ito.

Dime, ¿sonríes en silencio cuando lo miras sin que él lo sepa?,

¿Brillan tus ojos cuando te enseña su niño interior?