para vivir preciso
que tus márgenes se doblen
hasta poder
tocar la punta del cielo
y que tus ojos me vean
en la penumbra
y que tu cuerpo me ame
en cada ángulo
y que vengas sin medias otra vez
para sacarte las flores de los zapatos
una a una
y sembrarte de diez
al doble de amores
amor
de antemano te habré
besado como en una inauguración
el entrecejo las mejillas primero
el triángulo que forman
y después
la boca recorriendo en silencio
tu ligeramente hirsuta gracia
gracias
a todas las presencias celestiales
por tumbarte de espaldas
y dejar
abierto tu templo de rocío
donde mis oraciones de carne y agua
derramé