Qué extraña es una hoja sin tu nombre,
pareciera que la noche no trae esa aroma de tu cuerpo.
Y el concierto de grillos, sustituye tu risa en el balcón,
hasta parece que la luna está ausente o se eclipso.
Desde que llegaste, como suave brisa que entra por la ventana
no hacia otra cosa que escribir para ti y recrearte en mis letras,
eras la principal actora de mis sueños locos, húmedos y febriles
contigo le robe rosas frescas a la primavera y me reí del otoño.
Cuantas veces desde mi atalaya, extendía mis letras como mirada en el desierto
buscando en todo ese inmenso mar de soledades, quien atrapara mis versos,
quien leyera mis locuras y pusiera rostro a mis letras, suspirando en la cercanía;
me dijera con palabras sencillas de los estragos de mis poemas en su corazón.
Tu risa por las metáforas de mis letras, confunden el sentimiento,
parecen de una niña en fiesta de cumpleaños, otras veces, luces sensual
como dama en la noche de luna llena, iluminada con vino tinto.
O cuando lo haces con la forma abierta de una adolecente en pleno cosquilleo.
Por ti mis letras han intentado otros caminos inéditos,
Como rio naciente en medio del desierto.
Has permitido que sigan siendo rio en medio de la mar de tus letras,
a pesar de tu resplandor, los has dejado brillar con luz propia
ni apagas su luz ni arrojas tinieblas, eres lo que siempre busque,
quien sabe cuánto dure esta braza ardiendo en mis manos,
Cuanto dure un cariño tan apasionado,
Te dije en un verso y en todos los demás
Ahora en este ultimo de todos, mi duda y extrañeza es diferente y te digo
Que extraño me siento sin extrañarte, se siente bien y contento,
LENNOX
EL QUETZAL EN VUELO