Ella escribía versos en la arena
trazando un garabato con los pies,
la dicha iba juntando con la pena
sabiendo de que ajeno a su condena
la brisa iba a tornarse descortés.
Que siempre sale el sol, ella sabía,
pasada la tormenta siempre escampa;
el ansia por volar que ella tenía
le impuso se acercara a ese tranvía
cayendo así al cruzar en una trampa.
Nadie el hecho sintió. Solo sus versos
llorando se quedaron sin abrazos
sufriendo aquel dolor. Y hoy ya dispersos
aun vagan por distintos universos
penando con su amor hecho pedazos.
©donaciano bueno
(... y sus poemas de medio pelo)
http://www.donacianobueno.com/