Como gacela asustada
la felicidad
ha huido.
Corre entre follajes
penumbrosos,
crepitantes
y solo la alcanzan
los gráciles latigazos
del sol.
A veces la veo
relumbrar en la espesura,
pero es por un instante,
y cuando quiero asirla,
vuelve a alejarse
en el inmenso bosque.
Se agitan los árboles
como fantasmas fatigados,
y en medio de esa tempestad,
creo que voy a encontrarla
guarecida
en cualquier hoquedad.
Sin embargo sigue huyendo,
plateada de luna,
inalcanzable.
PALEORNIS.