Los gritos podrán asustarme, pero de ti no huyo,
que a pesar mío, mis piernas en el suelo clavadas.
Y el vago sonido de tu aliento hace cenizas mi alma,
pasos fugitivos como de quien no tiene presencia,
suave se mese y a dondequiera que va solo el aroma,
la esencia, de que es portadora el final, a de quedar.