Madrugada cualquiera de Septiembre, rocío en las ventanas...
Y aún sigo
esperando y me maldigo,
queriendo hablar contigo,
equivocándome otra vez;
y tú sabes
que yo tengo testigos,
que no lo he conseguido, y
ni recuerdo cuándo empecé.
Esta es otra
mentira, otra broma,
y ya me la esperaba,
pero aún así he vuelto a caer;
no me lloran
los ojos ni una gota,
ya voy pensando en otra
forma de empezar a llover.
Voy paseando
por todo el calendario,
y menudo escenario
que me aparece cada mes;
Y tengo tantos
teléfonos llamando,
que solo me levanto
si tu reflejo me viene a ver.
Cuando expones
tus ojos de colores,
falsos como si dicen
que el golpe no te va a doler...
Manoseo
un trozo de un espejo
y veo a mi reflejo,
y creo que no se encuentra bien;
desespero,
y en un golpe certero,
escapamos enteros
mi reflejo y yo también;
hoy, tu estela
de lluvia y de salmuera,
cubre la carretera
y avanzo muy lentamente;
y detrás
del terreguero me espera
tu sangre, que envenena,
y aún así me tientas a beber...
Tú llámame esta noche,
que a mí me sobra el roce,
que lo tendré en cuenta.
11/9/17