Como sonoro silencio que en el río fluía
en los dorados atardeceres de mi infancia,
así vuelan los dulces sueños del alma mía
en busca de la más sedosa y sutil fragancia.
Como lastimeros gemidos que hienden el viento
en los negros abismos de una noche estrellada,
así hiere mi corazón el dolido lamento
de la tierna flor que en su cuna ha sido arrancada.
Como blandos susurros de la plácida fuente
mis sentimientos besan del aura los aromas,
irisados sonidos de la aurora naciente
que surcan el aire en alas de blancas palomas.
Como fragantes suspiros que exhalan las flores,
así emanan a la brisa las penas de mi alma,
coloradas melodías de los ruiseñores
que endulzan de la mañana la apacible calma.