Jesús Oscar Ugalde

Forma

Sueño con una minúscula y efímera certeza improvisada,

que golpeé de vez en vez al leviatán de mi cabeza,

O que haga bullir las hojas verdes en invierno,

que las haga reaparecer,

se llama regocijo, regocijo en sí.

 

Ya cinco minutos, ya una vez,

aunque sea, llámense migajas,

pero corsarias mías al fin.

 

Sueño con romper los ecos de las penas,

cuando se condenan y recalcitran voces de tormenta,

las vallas del veneno, su algodón infame,

mueran hoy, he dicho.

 

Sueño con no pensar,

sumergido presente,

presente por siempre,

como si se inquietara la inquietud,

más bien, como si esta flaqueara,

 

En pocas palabras, placidez, dicha, felicidad… son solo palabras, ninguna sabrá expresar lo que significa, aquella entidad que está virtualizada en el cerebro, o que fluye de una sola vez en su bendita fortuna a un punto en tanto.