MANZANILLA

EL GORRIÓN DEL JEFE DE ESTACIÓN...

Era pequeño, un boliche

un montoncíllo de argodón

que un día creyendo que sabía volar

de su confortable nido al suelo cayo,

al suelo en una estación de tren

y ¡ mira ! por donde lo vió

un viejo jefe de estación,

compadecido y enamorado

con cariño lo adoptó

y con amor y paciencia lo daba de comer

lo mimaba, lo miraba y lo acariciaba

y con sus manos le daba calor,

le daba de beber con su boca

era un padre y madre a la vez

y el cantaba alegre y agradecido

aquel viejo jefe de estación era su amigo...

El tiempo pasó veloz como el tren

y creció y creció, el alegre pajarillo

ahora era también jefe de estación

su alegre pico era el silváto

para la salida del tren

y en su hombro se posaba

aquel pequeño gorrión

y después volaba y volvía

era el viento de la estación,

y como sonreía el alegre viejo

espejo puro de lo que es amor

pasaban los días y las horas

y cuando el tren se paraba

los viajeros extasiados miraban

al gorrióncillo de algodón,

a su padre se le caía la baba

orgulloso de su buena acción

y el pajarillo lo acariciaba

y ¡que contento pitába ¿

¡ Ahora era jefe de estación !