¡¡Padre!! he perdido mi rumbo, enséñame el camino y auméntame la fé, ayúdame a depender de tu mano para nunca desfallecer
Mis raíces son débiles y no podrán soportar el estruendo del huracán.
Las muchas aguas empiezan a penetrar mi alma fría y desnuda, que yace expuesta al intemperie de la oscuridad,.
Desata mis grilletes que me lastiman y estas cadenas que me atan.
¡¡Padre!! eres tú mi fuerza, en ti deposito mi esperanza, se que mi socorro vendrá de ti.
Eres mi lampara que alumbra mi casa, eres la luz del mundo y en ella quiero brillar.
Renueva mi alma y mi espíritu, porque quiero caminar con libertad.
Javier Casaux