Música escucho, cuando leo tu palabra hecha canción,
trueno, alarido, lágrima, rima,
lluvia que lava la tristeza de tu error.
Desboca y feroz estoy posesa de esa voz
que escucha mi cuerpo en forma de temblor...
Así siente mi anatomía la frenética alma que hallo en vos.
Ese descontrol que cultivo al recordar,
ese cuidar tan tuyo que es protección.
Necesito apaciguarme y no encuentro la forma,
uso bozal, me controlo...
Sin embargo,
mis caninos se asoman buscando desgarrar la carne
y su furia es como lanzar los perros al rodeo de la caza del hoy...
Olfatean, buscan tus huellas, te persiguen,
son despiadados en la búsqueda de lo que los inspira,
de lo que ofrece amor.