Daniel Memmo

Fuimos..

Fuimos..

las cenizas desparramadas en un cenicero,

de una espera estoica en la neblina de la nicotina,

humo espeso..,

pesado..,

como el silencio,

fuimos..,

la baba en el pijama del anestesiado,

que sueña con el vuelo de los murciélagos en madrugada,

desafiando con la capa de la locura al sol ,

esquivando la ceguera de los cobardes,

la luz quema..,

pero el miedo es el que te consume,

fuimos..,

los ojos vidriosos del que observa el paisaje,

detrás de un ventanal,

rendido en una cama,

con un cuerpo cansado,

en paz..,

porque su espíritu se escapo por una rendija,

y se fue a peregrinar aquellas veredas..,

esquinas..,

portones,

que siempre serán suyas,

la rosa y el cuerpo es del tiempo,

pero su esencia se mezcla en el viento,

fuimos..,

el suspiro profundo después de la oración,

que aprieta fuerte el pecho,

y la mano a la foto..,

no olvidar ..,se volvió un rosario,

en cada perla una angustia..,

negros..son los cuervos,

que cubren el paisaje lo que antes era vida..,

fuimos..,

las palabras tachadas de los poetas,

la humedad de los cuartos de castigos,

que dibujan rostros,

pájaros..,

y dan el perfume que usa la libertad,

fuimos..,

la decisión donde el camino se bifurca,

el latido acelerado cuando se rozan los labios por primera vez,

la promesa incumplida,

la fuga del globo de la mano de un niño,

el temblar de los dientes cuando el frío acecha sin piedad,

la gota de rocío en el cristal,

de aquel agosto que deja marcas,

fuimos..,

la mochila cargada con piedras que te da la sociedad,

la mirada rebelde que se burla de lo establecido,

las huellas en la arena de los peregrinos que nunca más regresaron,

el vuelo final de un pájaro herido,

el último caramelo del frasco,

la mancha de la camisa que duerme para siempre en un ropero,

la carta sin abrir que se filtro por debajo de la puerta,

fuimos..,

de la primavera.., las noches de inconsciencia,

de un verano.., el calor de la juventud,

de un otoño.., la melancolía,

del invierno..

siempre fuimos del invierno.

 

     Daniel Memmo