Amasa unas palabras
con lluvias primaverales,
rayos de luna llena
y sentimientos adolescentes.
Cuece todo a pasión lenta
en tu generoso corazón
con el fuego del dolor
y la inocencia del primer beso.
Adorna, poeta, con fantasía,
muerte y esperanza
y obtendrás el poema más bello,
el verso más apocalíptico
o la estrofa jamás soñada.