Donde los poderosos mienten,
roban, desplazan y asesinan,
donde el mar en su liturgia olvida
la importancia de la poesía.
Nada brilla, y si lo hace,
quema como un rayo
cuando salta de su entraña oscura.
Un trueno grave, aterrador y sordo,
desafía la paz de los contornos.
Tiempos aciagos estos,
donde todo esta perdido. O casi,
porque algunos todavía tenemos
una certeza gris,
bajo el rescoldo de una esperanza muerta.