Me recuerdas mi juventud;
Dando en un beso la vida,
Sintetizando en un suspiro la historia
Quemando tus barcas en el fuego de un amor nuevo.
Tú salto altanero, por las bardas de mi barrio;
Rescatando mujeres de la soledad,
Sonriendo con tus ojos de niño travieso.
La timidez de tus citas clandestinas.
Extinguidas en el aroma de una cama ajena,
Vistiéndote de hombre, al caer tus ropas de niño.
Te pareces al huracán que se hizo aliento,
Dejando sus alforjas en un altar
Aprisionado entre papeles legales,
Atado a un grillete, en las manos.
Me recuerdas mi juventud
Cuando caminas resuelto por la vida
Recogiendo años y experiencia, llenando de risas la vida.
Me recuerdas lo que he olvidado,
Lo que un día, me dio placer y satisfacción,
Me recuerdas, al hijo que una vez tuve
Y que de tarde se hizo hombre.
Me recuerdas tantas cosas,
Ahora que aplacas tu vida y pasiones
En el brillo sereno de tus ojos
Llegando a puerto seguro tu barca.
Quisiera darte un consejo
Arrebatarte tu vida y ponerte en el camino
Al que siempre intento regresar
Para buscar y encontrar lo que perdí.
Aquellas manos tiernas y el olor a primavera
Que deje, aferrada a un adiós de papel
Y a un canto de aprendiz de aventurero.
LENNOX
EL QUETZAL EN VUELO