¡Sus letras brotan del alma!
… Mis palmas!
¡Vibran a puro latido!
… Queridos!
¡De ustedes jamás me olvido!
… Amigos!
Son mi refugio, mi abrigo,
un consuelo, una guarida
y mi voz dice encendida…
¡Palmas, queridos amigos!
Jorge Horacio Richino
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