Se tú el fuerte y vete a romper otro corazón, que aquí ya solo
quedan pedazos. Busca alguien con las ilusiones intactas y el miedo escondido a
quien poder hacer volar para luego cortarle las alas, que por aquí dejaste
demasiado miedo a las alturas. Encuentra alguien a quien aún le quede voz para gritar por las noches tu nombre, que yo estoy demasiado ronca, que a mi no me
queda voz para aceptar que ganaste la partida. Que si el amor es una batalla,
ganaste la guerra y tan solo fui prisionera de aquellos besos, besos que
intento olvidar con versos que nunca llegarás a leer. No te culpo, simplemente
no estábamos hechos el uno para el otro, y me di cuenta tarde, y por eso me
dolió tanto, porque no hay más ciego que el que tiene la realidad delante y se vuelve
a poner una venda, porque a veces construimos un mundo irreal por miedo a
afrontar que la realidad es otra completamente diferente. Pero tarde o temprano
la vida te pega en el corazón, te abre los ojos, y es entonces cuando te viene todo
de golpe, y es ahí cuando aprendes que una verdad a tiempo es mucho mejor que
una mentira de esas que hacen daño, y el problema no fue las veces que
mentiste, fueron las veces que me mentí para poder quedarme al lado de alguien
que ya no estaba, para seguir queriendo a un corazón que hacía mucho que no era
mío. Me inventé mil excusas para quedarme por miedo a tener que irme, y ojala
hubiese sido consiente que cuando algo duele hay que salir corriendo y no
esperar a que te termine destrozando. Pero el quizá, siempre me jugó una mala
pasada, y me aferré a la esperanza en lugar de aferrarme a un adiós, ahora, con
el tiempo he aprendido que una despedida a tiempo también es una victoria. Cada
cual hemos cometido nuestros errores y no voy a repetirte los tuyos, tengo muy
claro que el mío fue depender de ti, construir mi mundo alrededor del tuyo,
darte el poder de destrozarme y confiar en que no lo hicieses, sin saber que en
el momento que le das tu vida a alguien, ya estás destrozado. No hoy, ni
mañana, pero terminarás jodida tarde o temprano. El error también fue quererte
por encima de mi misma, tal véz fue eso, que te quise tanto que se me olvidó
como era eso de quererme. Pero no puedo culparte por ello, no puedo culparte
por dejarme en la nada, fui yo quien te lo dio todo y no te lo merecías. No
puedo culparte por no pensar lo mismo que yo, ni por qué fueses camino cuando
yo en realidad quería que fueses destino. Tal vez esto que escribí sirva para
borrar los puntos suspensivos a una historia que hace mucho terminó, pero solo te pido una cosa.
No vuelvas... que no es fácil