Hermosos son tus ojos , tan claros e inolvidables como granos de arena, del desierto de lugar tu nacimiento san Quintín.
Son los matices perfectos del polvo fino de tus dunas , como fino es tu andar, que hasta las flores de los cactus se ponen celosas al verte pasar.
Tus ojos sin lugar a dudas, sé robaron la dulzura a los manantiales de este valle y no basta más que observarte única bella hermosura.
Araceli comenzaste robándome el aliento con tus ojos, irremediablemente terminaste inspirando por las noches, a escribirte versos y palabras , Que espero abracen a tu corazón.
Solo basta leer la primera estrofa de tus versos.