Una mañana de invierno, o una mañana de sol,
son momentos oportunos para nacer y vivir.
La lluvia pega contra los cristales,
y el sol penetra con sus rayos,
que van hasta mi aposento.
Vivo para leer, porque leer es vivir,
talismán contra la tristeza y el olvido;
bálsamo para el amor,
fuente de saber y paz,
punta de lanza contra la injusticia
y el dolor.
Vivir leyendo es escalar el cielo,
saludar los ángeles y conversar con Dios.
Una mañana de invierno, o una mañana de sol,
son momentos oportunos para nacer y morir.
Libros que van y vienen por mi pensamiento,
libros que me salvan de la destrucción;
libros amigos, silenciosos y constantes:
denme la mano porque ya me voy.