Sencillamente ocurrió que nos encontramos
en el camino equivocado:
yo buscaba el mundo,
tú venías de odiarlo;
yo buscaba la vida prometida,
tú escabas del suicidio frustrado;
yo salvaba tu vida,
tú me odiabas por haberte salvado.
Y así nos conocimos.
Nos encontramos exactamente
en el punto medio entre vida y muerte,
un solo instante más y todo habría terminado:
tú habrías perdido la vida,
yo habría perdido el amor que siempre había deseado.
Así nos conocimos.
Fue un encuentro impactante:
Alguien pedía auxilio;
yo rompí la puerta
cuando ya casi morías,
colgada de la muerte
que de tu cuello aferrada estaba.
Subí a la mesa que allí había.
No sé cómo pude cortar la cuerda
que te mataba.
Tú caíste en mis brazos.
Solo atiné a besarte,
fue como un instinto,
y tú te aferraste a mi cuerpo,
desesperada.
Fue algo impensado,
acaso sobrenatural,
el punto medio donde la vida y la muerte
se separan.
Pero triunfó la vida,
cuando de amor ya no le quedaba nada.
En fin,
esa es la historia de aquel suicidio frustrado.
Así nos conocimos,
así nos encontramos,
Tú te aferraste a mi vida;
yo me aferré a tu espacio,
y así pasaron los tiempos,
así pasaron los años.
Frank Calle (6/feb/2019)