Mariposas del horror,
Me atormentan, me aletargan,
Me enmudecen de sombra y óxido.
Quito mis anteojos
Y me deshago del destartalado armazón del mundo,
Que se cae -como yo- hasta las miserias
Para ver si puede resurgir
O si le espera un juego más benigno
En la siguiente baraja, en el siguiente bar.
Apuremos el trago, aceleremos el tranco,
Que la condena de repetir la farsa mañana
Parece perenne e inexorable,
Como la luz.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Algún día cuajarás mi ser
Haciendo saltar el jugo de mis verdades.
Como a una fruta madura,
Me arrancarás el sentido con tus dientes,
Con tu sereno mirarme
Y, sin avidez, sin repugnancia,
Devorarás hasta la última pulpa
De mis recalentadas angustias,
De mis esperanzas desvencijadas.
Entonces, por fin se limpiará la borra del vino
Infeliz y caliente me mi soledad,
Las marcas de otros labios y la saliva del vacío.
Tal vez eso sea la felicidad
O, al menos, la tranquilidad de poder bajar mis brazos.