No tengo arrepentimiento, tocamos el cielo juntos, viviendo gloriosos momentos, no lo olvidaría jamás.
El amor dejó el camino un tanto maltrecho, he perdido un ojo, quedando tuerto; preferiría no ver más antes que perderte a ti.
No lo entenderías, aún pareces inocente, pero siempre valiente y seguramente te amaré por la eternidad, sólo lamento dejarte así...
Mi corazón te pertenece y si la luna aparece sabrás que sigo esperando un primer beso, naciente de tu eterno amor.