Quizás por no perder la costumbre
escribo este poema insulso;
tal vez por mantener el pulso,
la muerte, los glaciares, la lumbre,
el amor, el resquemor, la gloria,
las penas, el cielo, el infierno;
la sed y el agua, la memoria,
el olvido, el verano, el invierno.
Tal vez es porque te echo más de menos
mientras juego, en vano, a olvidarte
o quizás son tus bellos senos,
o mis aguas ávidas por mojarte.
Tal vez solamente es la soledad
con el hastío sofocante,
quizá es aquel feliz instante
del derrame de savia y humedad.
Tal vez, quizás, amalaya, ojalá,
hasta nunca, adiós, hasta luego;
sin tu aire y tierra, tu agua y fuego
mi naturaleza no seguirá.