NaimAmadeo

Por decir algo, puedo decir que he cambiado.

He cambiado mucho…

Frase que no deberíamos tal vez, decir jamás, ya que eso somos, somos cambio, somos movimiento.

Pero hoy una frase que necesito, más que nunca, decir, repetir, atravesar, asumir…

Hay cosas que siguen sucediendo como sucedían antes, hay presencias que siguen estando como estaban antes, hay certezas que aun abrazo…Aunque tal vez me esté mintiendo a mí misma mientras digo que siguen igual que antes, porque en algo deben haberse modificado, mutado, mudado, variado.

Pero aunque sea una de las pocas certezas que existe, que somos cambio, movimiento; Yo necesito decirlo…

Cambiaron muchas cosas, yo cambie.

Ya no odio el cigarrillo como antes, ahora rebalsan los ceniceros en las esquinas de mi casa.

Gesté y regué un amor perruno que nunca hubiera imaginado.

Parí un deseo invasivo de ser madre, me deje embarazar por él.

Mudé a la poesía del odio, del dolor, de la bronca, de rebeldía, después de tantos años de poesía romántica.

Me dejé amarrar por la costa; donde moje los pies en la orilla del rio negro de los secretos.

Me exprimi las lágrimas que no salían, que no veían, que me inundaron por dentro…Las obligue a salir, lave con ellas, lave, lave…

Me marqué la piel, la llene de tinta, me cubrí las heridas con símbolos de vida, de lucha, de resistencia.

Me tomé el tiempo para indagarme, aun en la tormenta, para explorarme. Le di rienda suelta a mi deseo…Lo deje migrar, lo deje permanecer en la ambigüedad y en lo incierto.

Ame con el corazón roto, aprendí que también se podía amar así.

Me convertí en hermana de una hermana muerta.

Me convertí en tía, por primera vez y para siempre.

Me fui de casa y me volví a ir, construí una casa que llevo dentro, que no está hecha de paredes sino de afectos.

Dije que no sabía, dije que no tenía ganas, dije que no podía. Lo hice, lo deje de hacer todo.

Me columpié entre lianas pervertidas de deseos que antes fueron caminos al infierno.

Me subí a una escalera de orgullo y grite: esta quiero ser, esta soy.

Hice sueños realidad, aun cuando creí que había dejado de creer, que había dejado de soñar.

Me amarré al dolor que me dejaste, porque aún no estoy lista para dejarte ir (Como si eso dependiera de mí, como si no te hubieras ido ya).

Cambiaron muchas cosas: fui a una boda y no a cualquier boda. Fui a despedirte cuando partías a ese viaje tan especial. Te abrace aun cuando no quisiste. Deje de pedir tanto, de esperar y de esperarte. Fui a verte bailar. Te llame por teléfono. Empecé a intentar dejar de intentar agradarte.

Me perdí, me encontré, me volví a perder, me deje perder.

Me escribí una carta que nunca recibí.

Me puse a cantar un día triste, me acosté a dormir pidiendo mil veces que se duerma el planeta.

Me volví a defraudar, pero intente no culparme.

Me justifiqué, por primera vez me justifiqué, deje de justificar solo a las demás personas.

Aun le sigo teniendo miedo al cambio, pero ahora lo puedo decir.

Me equivoqué, eso tal vez no ha cambiado tanto, me equivoqué.