Víctor José L. Mera Riffo

Tormenta

Nublados ojos y soleada sonrisa

tu pelo se mece con la brisa

Mientras poco a poco genero un

terremoto en ti,

toma mi mano y guíala a desatar tu mar.

 

Soy un huracán,

si, uno que atrae y eleva sin previo aviso,

eres la tormenta que desata los desastres en mí,

eres la llave de mis deseos prohibidos.

 

Me matan, me matan, me matan,

tus piernas en llamas; de tu boca suena la sirena,

y yo soy el que atiende el llamado.

Pues también quiero ser quemado.

 

Traes contigo la tormenta, de tu entrepierna llueve,

y yo sediento bebo, 

soy un derrumbe,

que se balanza sobre ti, cubriéndote, sedimentándote.

 

Somos un desastre, pero un desastre al natural en la cama.

Somos una historia, una historia de placer.

Somos animales, animales que se aman.

Somos una tormenta...la más frenética.