Ven, amor mío,
bailemos...
Esta noche no seremos más que tú,
la chirimía, la luna, el río y yo;
pasillos, jotas, abozaos,
sones chocoanos y algún aguabajo
marcarán nuestra danza;
algún boga nos envolverá con su canto
y nos haremos uno con la selva
y toda la naturaleza;
con los ancestros,
con sus dioses y los nuestros...
Nos parecerá ver sus espectros
sonrientes ante el baile nuestro.