En la soledad de la espera llegaste solo a mi mente
Percibí tu presencia en una puerta que nunca se abrió
El aroma de tu cuerpo se sepultó entre la frustración de tu ausencia y las ganas de tenerte
Mi anhelo de navegar en tu boca naufragó antes de zarpar
No escuché tu voz en mis oídos ni tus silencios a la deriva
Se murió una flor en su botón, se llenó mi corazón de frustración
Nunca llegaste, no te vi, tan solo nuestro cielo me habló de ti