lazaro sosa cruz

MIRADA Y MEMORIA.

 

 

La memoria es y a veces se comporta como el grosor de un espejo en el cual la mirada, nuestra mirada, en ocasiones se detiene y ahí queda paralizada, buscándose así misma; y dependiendo de éste, del espejo, ocurrirá que ésta, la memoria, es y se convierte más profunda, lúcida y lejana encontrándose en ella entonces, también, restos de complacencia intima. Entonces descubrimos, quizás asombrados o incluso incrédulos, que la memoria es fuerte y a veces frágil dependiendo de quiénes hemos sido pero siempre es y será memoria; siempre queda y quedarán restos de ésta que como astillas rotas estarán y quedarán ahí como acompañante eterna en el paso de los años y al final es lo que nos dará esa calidad de vida a la que todos queremos y deseamos agarrarnos en los momentos de amable soledad.

Lázaro.