Dejáme decirte siempre cada día,
que espero de ti una dulce sonrisa.
Aunque el tiempo pase de prisa,
siempre iras conmigo mi dulce María.
Cuando salga la luna airosa de su porfía,
y el sol enojado se pierda en el ocaso.
Triste será su día por el mismo fracaso
triste será mi espera por mi dulce María.
No dejes que el río se lleve la esperanza mía,
ni el viento se lleve el amor limpio y puro.
Quiero verme en tus brazos y labios seguro,
Para vivir feliz a tu lado mi dulce María.