En el lejano Okcidente
(desde el punto de vista chino),
teniendo de por medio el océano Pacífiko,
sus innumerables islas
y los miles de barkos ke lo surkan,
leo al filósofo ke me dice:
Del desapego viene el alto espíritu
ke nos permite ir por la vida
kon tolerante ironía,
eskapando a las tentaciones
de fama, rikeza y logro,
y aceptando lo ke venga.
Surge también el amor por la libertad
y la despreokupación que invitan
a la intensa y profunda alegría de vivir.