Que duerman las palabras en tu boca
y hablen los madrigales de tus manos,
replique el romance de tus labios
que componga la oda en mis entrañas.
Jitanjáfora artera es tu mirada
invitando a picachos y hondonadas,
paisajes perturbados por las rimas
de ríos y afluentes consonantes
con llanas cataratas del deseo.
Melódicas serán las caricias
en la senda de enfática aventura,
escrita en versos lentos y uniformes
sobre pieles activas y exaltadas.