En ocasiones me imagino, que sería si dejara de existir,
Mi fe no es absoluta, observo el mundo, no soy parte de él.
Respiro su aire, cual tortura es convivir.
No deseo hablar, mi deseo es no sentir.
Porque siento demasiado, me sofoca un fuego en mi interior,
Mi consuelo es la noche, tan fría y oscura que apacigua
Mis demonios, esos que me atormentan al mirar mi reflejo.
Buscan un juicio justo a mi pensamiento perplejo,
Deseo ser nada, concibo esa india a mi fin.
Sin necesidad alguna, sin más que sentir.