Desnudos están los árboles
a la orilla del río,
entre sus ramas de plata
se esconde un pájaro herido,
desgrana notas al aire
que hieren mis sensibles oídos,
sus desesperados ayes
laceran como cuchillos
los sentimientos de mi alma
y el dolor de mis sentidos.
Por la rizada corriente
huyen los tristes jipíos
de la avecilla lisiada
que llora su infeliz sino
y en las llamas del ocaso
arden desgarrados gritos,
que abren una pena en mi alma
y una herida en mis oídos.