A. Martinez

Llamándote

 

Yo,
sin más suelo
que el que pisamos juntos,
seguiré escribiendo a tu silencio,
atado ya por siempre,
a aquel pasillo entre las nubes,
a la felicidad
atrapada en tus labios,
a los brazos pegados
sobre los cuerpos tibios,
a la voz sin tormentas.
esperando tardes,
y más tardes después
y siempre,
festejando los domingos
con sus veranos de puertas abiertas,
a mayo después de enero,
abrazando la alegría
de lo vivo,
que me llega,
del saberte caminando
por lugares que pronuncio
uno a uno en mi mente,
por la posibilidad real
de que estés feliz,
y vayas tarareando una canción,
mientras yo trabajo,
o duermo,
o te escribo,
o simplemente me dedico
a esperarte.

 

Eduardo A. Bello Martínez
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