Hugo Blair M.

ParaĆ­sos perdidos

 

A paraísos perdidos van las mariposas

de flor en flor, seduciendo pétalos desechos;

con sus cuerpos erguidos y con tacones altos

acuden con querencia en el día o en la noche.

 

Viendo caer la lluvia a través de los cristales,

ellas se posan bajo el umbral de cualquier puerta;

en cada oscura noche, desamparada y triste

son el aire de otoño de angustia y desconsuelo.

 

Vuelven a recaer entre su habitada ausencia

en donde van dejando sus huellas estampadas,

y sus hijos que quedan entre sus propios sueños

serán la oscuridad de un camino malogrado.

 

Hugo Blair M.

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